Fragmento del Pregón celebrado en la Parroquia de Omnium Sanctorum en honor de Nuestra Señora Reina de Todos los Santos en Octubre de 1974, pronunciado por D. José Ortiz Díaz.
Tenemos el ejemplo de María. María, una mujer sencilla, de nuestra estirpe, de nuestro pueblo, una de nosotros. La escogió Dios por su fidelidad, por su humildad, por su amor. Y Ella, humilde, obediente, la llena de gracia, es precisamente y permitidme la expresión "la vedette", la modelo de la santidad, la Reina de la Santidad, la Reina de Todos los Santos.
A la Virgen, la elogiamos e invocamos con muchos títulos: Reina de los Apóstoles, de los Profetas, de los Confesores, de los Mártires, de los Patriarcas, etc. Pero la veneramos también como uno -el de vuestra Hermandad - hermosísimo, esperanzador, plenario, que resume y recoge todo lo que hasta ahora llevamos dicho, el de:
Nuestra Señora Reina de Todos los Santos.
Reina de los Santos que gozan ya en el cielo y Reina de los Santos que aún peregrinan aquí en la tierra.
Ella es nuestra Gran Valedora, nuestra Gran Medianera de todas las Gracias, como también la invocamos. Nuestra gran Esperanza para aquí abajo ya, y por supuesto, para nuestra santidad y gloria en el cielo.
